Hacia un gremio de la construcción cero emisiones. Demoler o renovar?

A pesar de que Colombia es signatario del acuerdo de París, las metas del país en materia de emisiones son menos ambiciosas en el corto término, sobre todo si damos una mirada crítica al sector de la construcción de manera general.

Amparado en un aporte calculado en 0.46% del total global de emisiones de carbono, Colombia se ha comprometido a disminuir las propias en un 20% para el 2030. Lo que se puede avistar como escaso, sobre todo si se tiene en cuenta que los países del primer mundo se han establecido metas más ambiciosas para el 2050.

Ello supone un cambio radical en gremios donde la eficiencia es limitada, como el de la construcción.

Mundialmente, el sector de la construcción no solamente es uno de los que más recursos consume, sino también uno de los que más desechos produce. Entiéndase como desecho, el tipo de subproducto que se genera antes, durante y después del proceso de construcción y que no puede ser reutilizado posteriormente.

Para citar un ejemplo, el concreto, una vez demolido es difícilmente reciclable sin que medie para ello un alto consumo de energía o una considerable emisión de material particulado a la atmósfera.

Pero cual es el punto con todo esto?

Los edificios generan dos tipos de emisiones: embebidas y operacionales (1).

Las emisiones operacionales tienen que ver con el consumo de energía, cualquiera sea su tipo, durante la vida útil del edificio hasta el final de vida del mismo o hasta su renovación.

De otra parte, las emisiones embebidas corresponden al ciclo de vida del edificio per se, es decir, a la dimensión física del edificio representado ello en los procesos asociados a la construcción y el fin de vida útil.

Emisiones operacionales en detalle

El tema de las emisiones operacionales hace referencia a los procesos de mantenimiento y la operación de los diferentes sistemas que componen el edificio: Ventilación, climatización, calefacción, bombeo de agua, control de emisiones atmosféricas etc.

Desde ese punto de vista, colombia no posee las mismas preocupaciones que los países con estaciones, por cuanto las temperaturas son más o menos constantes a lo largo del año.

En consecuencia, las pérdidas energéticas debido a problemas de infiltrometría no requieren ser consideradas, aunque debieran serlo, sobre todo en altitudes por debajo de los 1000 metros para minimizar las fugas de aire acondicionado.

Emisiones Embebidas

Esta categoría emisiones se conecta sistemáticamente al proceso de producción del edificio, incluso antes de ser construido. Estas emisiones se trasladan entonces a la planta productora de cementos, al chircal que produce el bloque y el ladrillo, a la fábrica en China que produce las placas de yeso cartón, a la fábrica en México que produce el acero o el fibrocemento y así , el proceso se replica a todos los ítems de la construcción.

Dicho esto, entre más lejanos los circuitos de producción-aprovisionamiento de materiales, mayor será el índice de emisiones. Sumado a ello, el consumo energético propio de la realización de la obra hace parte de las emisiones embebidas del edificio.

Al final, estas emisiones se amortizan en el tiempo. Es decir, a mejor calidad del proceso constructivo, más largo es el ciclo de vida del edificio y por consiguiente el impacto de las emsiones embebidas es menor.

El rol de quien concibe

A este punto, las personas que concebimos los edificios, arquitectos e ingenieros, debemos convencer a los inversores acerca de la necesidad de emplear materiales desmontables y no demolibles, en privilegiar la prefabricación en taller en lugar de la mano de obra en sitio y sobre todo, a privilegiar la calidad sobre cualquier precepto.

En ese orden de ideas, entre más se prolongue el ciclo de vida del edificio, menor va a ser el impacto ecológico y energético del mismo. Por consiguiente, el indicador negativo de las emisiones embebidas será menor.

Pensemos en lo siguiente: el hecho de demoler un edificio cuyas propiedades le hacen apto para ser renovado y reforzado implica un volumen enorme de desperdicios de los cuales la mayoría no serán reciclados.

En consecuencia, reemplazar ese edificio supone un volumen equivalente o mayor de recursos que, si se disponen bajo la filosofía de construir para demoler, renuevan el ciclo de malas prácticas.

Desde esa perspectiva, el llamado es a concebir edificios flexibles, adaptables, que evolucionen con los cambios de uso y de usuario, que se reflexione en una concepción orientada a la evolución en lugar de la de-construcción

Renovar un edificio en pie es una de las soluciones para reducir la dependencia de construir edificios nuevos

Muhammad Khairi et al 2017 IOP Conf. Ser.: Mater. Sci. Eng. 271 012030

Renovar para proteger

Proyecto Bertim. Paneles prefabricados en madera para la renovación energética de edificios.

El concepto de «retrofitting», o re-acondicionamiento, es un tema vibrante en la literatura de investigación y es claramente una representación de las tendencias del mundo contemporáneo de la construcción dentro del marco de la industria 4.0 (2). Renovar implica conservar el volumen de lo existente para refrendar su ciclo de vida.

El re-acondicionamiento de un edificio representa oportunidades de trabajo equivalentes a las de la construcción nueva, lo que necesita de profesionales especializados y pone a prueba la creatividad de los gestores y diseñadores.

Renovar o reacondicionar se traduce en una mejora de la estabilidad, del confort térmico, del confort acústico y del aprovechamiento de recursos. El edificio del siglo 21, sea nuevo renovado, debe estar concebido para ser autosucifiente, generar menos desperdicios y ser desmontable, reciclable, difícilmente demolible.

Entonces aparece la pregunta: a qué punto el mercado de la construcción en Colombia apunta a una tal perspectiva? lo discutiré en otro blog más adelante…

En función de lo anterior, renovar adquiere varios significados

Renovar sugiere hacer que los edificios sean saludables y fáciles de monitorear, que sean flexibles y actualizables.

Renovar requiere de adoptar la filosofía Lean desde la concepción del edificio mismo para minimizar el desperdicio al máximo, para optimizar los recursos de la mejor manera posible.

Renovar lleva a reflexionar en que la inversión energética y humana empleada para construir un solo edificio nuevo, se puede emplear en re-acondicionar varios edificios en pie para prolongar su ciclo de vida, ello limitado lógicamente, a la factibilidad de la operación.

De seguro habrá muchos detractores al respecto, sin duda. Les invito a opinar…

Izquierda. Proyecto de renovación térmica de fachadas, Bertim

En fin, renovar o re-acondicionar conlleva a reformular la manera como se concibe lo edilicio para consumir menos recursos, para hacer del hábitat humano una actividad durable.

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